Existen a nuestra disposición infinidad de rutinas de chikung y de cada una de ellas, ha evolucionado con multitud de variaciones en función de las escuelas. Esto nos puede plantear una pregunta ¿Cuántas formas necesito practicar para obtener beneficio del chikung?
Lo primero que tenemos que tener claro es que, más importante que la cantidad, es que las formas que practico, satisfagan un objetivo. No se trata de practicar muchas formas, sino de realizar las que mejor se adecúen a nuestras necesidades.
Haciendo una revisión de mi currículum técnico me he dado cuenta de que en estos momentos yo trabajo 18 rutinas diferentes de chikung. Si las agrupo en grandes temáticas podría dividirlas en tres. Las que son específicamente de chikung para la salud, las que buscan desarrollar habilidades marciales y las que se pueden englobar en ambos campos.
¿Realmente necesito conocer tantas formas? Bueno, como profesor, si. Debo tener recursos para poder enseñar a mis alumnos las formas que se adecúen a sus necesidades. Pero como practicante ¿Cuántas son las que de verdad uso para mi práctica personal?
Vamos a centrarnos primero en el chikung para la salud.
Todas las formas de chikung para la salud tienen en común la búsqueda del mantenimiento y mejora de la salud y el bienestar a través de movimientos suaves con estiramientos más o menos pronunciados. Cada una trabaja desde un foco diferente, pero al final cuando las comparas, puedes encontrar muchos elementos comunes y muchos ejercicios relativamente similares. Al final el cuerpo que tenemos es el mismo y la manera de estirar y movilizar las articulaciones va a ser similar. Lo ideal para este grupo de formas es encontrar la mejor para nosotros y eso sólo se puede saber mediante la práctica.
El objetivo es encontrar tu rutina, pero para eso, tienes que experimentar con varias.
Si no probamos diferentes rutinas, no vamos a poder saber si no hay algo por ahí que nos va a venir mejor. Sólo después de cierta experimentación, podremos encontrar esa joya que nos podrá acompañar toda nuestra vida.
Pero puede ser que en diferentes momentos tengamos distintas necesidades. Te voy a poner de ejemplo mi caso. Dentro del chikung de salud, yo conozco 10 rutinas diferentes entre las que se encuentran las más populares como las 8 joyas, los 5 animales, los 6 sonidos curativos, el yijinjing, Mawangdui y otras cuantas más. Evidentemente yo debo practicar todas a nivel profesional para mantenerlas y poder enseñarlas, pero las 8 Joyas es sin duda la que mejor me sienta y la que debo hacer todas las mañanas para poner mi cuerpo en marcha.
Sin embargo, si he tenido una sesión de entrenamiento intensa y necesito hacer una vuelta a la calma, mi elección será el yijinjing. Y si estoy con el día agarrotado por haber pasado muchas horas frente al ordenador y debo entrenar, antes de ponerme a practicar, realizo el Mawangdui.
Es decir, el Baduanjin, las 8 joyas sería mi forma, la que procuro realizar todos los días y las otras dos, dan soporte a otras necesidades y por tanto sólo las practico cuando se dan esas circunstancias. La elección de estas rutinas para mí práctica personal se basa sólo en las sensaciones que me producen a mí en función de mi experiencia. El resto de formas, aunque me resultan agradables cuando las practico, nunca son mi primera elección.
¿Qué pasa con el chikung marcial?
Ahora, fuera del mundo específico de la salud, también trabajo otras formas que tienen como finalidad afinar el cuerpo para una mejor práctica del taichí, o desarrollar ciertas habilidades como aprender a emitir fuerza. Estas rutinas las incluyo dentro de mis sesiones de práctica de taichí. Si voy a hacer taichí no tiene en mi opinión ningún sentido hacer una forma de chikung de salud más allá de ayudarme con el calentamiento y a centrarme mentalmente en la práctica. Podríamos decir que esto tiene mucho valor, pero si puedo conseguir eso mismo con otras rutinas que, además, trabajan específicamente con conceptos que voy a seguir desarrollando en el entrenamiento, pues mucho mejor.
En conclusión, te recomiendo que te animes a aprender cosas nuevas cuando tengas oportunidad, pero que cuando encuentres algo que sientas adecuado para ti, te centres de verdad en ello y profundices para poder sacarle todo el partido.
Tú práctica debe estar siempre al servicio de un objetivo.