
Por Teresa Antón
Pues sí, yo también he leído las noticias sobre ese nuevo estudio sobre la utilidad del Tai Chi para los enfermos de Parkinson. Me pareció lo bastante interesante como para entrar en la página web del New England Journal of Medicine y pagar por acceder al artículo original completo… no sé si fue buena idea.
Antes que nada, quiero dejar clara mi postura: estoy convencida de que una rutina de trabajo, basada en los principios del Tai Chi Chuan, inteligentemente escogida para adaptarla a las necesidades específicas de un grupo, puede ser un gran aporte a su calidad de vida.
Al fin y al cabo, el Tai Chi Chuan es un arte marcial basado en un, muy sofisticado, método de uso del propio cuerpo. Método testado con sangre a lo largo de varias generaciones, depurando las magistrales intuiciones biomecánicas, en base a criterios de eficacia y eficiencia en situaciones de combate: no sólo me interesa terminar lo antes posible con mi rival, también quiero hacerlo al menor coste energético posible, porque nunca se sabe cuántos más están al acecho. Por eso no es sorprendente que las personas que comienzan a entrenar Tai Chi Chuan, noten al cabo de un tiempo una apreciable mejoría en sus patrones de movilidad. De hecho lo sorprendente sería lo contrario… bueno, siempre suponiendo que estén trabajando bajo los principios del Tai Chi Chuan, claro.
Una vez aclarada mi postura, ahora mi opinión sobre el estudio: es una pérdida de tiempo (estoy siendo políticamente correcta).
Vayamos por partes:
Los objetivos:
“El objetivo principal de este estudio era analizar si un programa de Tai Chi, específicamente diseñado, podría mejorar la estabilidad postural en pacientes con Parkinson. Dado que el programa enfatizaba rítmicos cambios de peso, pasos simétricos y movimientos controlados, cercanos a los límites del equilibrio, elaboramos la hipótesis de que el Tai Chi sería más efectivo para la mejora de la estabilidad postural, en situaciones cercanas a los limites del equilibrio, que una serie de ejercicios de fuerza o una serie de estiramientos de bajo impacto (control)”
“The primary aim of this study was to examine whether a tailored tai chi program could improve postural stability in patients with Parkinson’s disease. Because the program emphasized rhythmic weight shifting, symmetric foot stepping, and controlled movements near the limits of stability, we hypothesized that tai chi would be more effective in improving postural stability in limits-ofstability tasks than a resistance-based exercise regimen or low-impact stretching (control).”
Vaya, así que querían comprobar si unos ejercicios, específicamente diseñados para mejorar la estabilidad postural en situaciones cercanas a los límites del equilibrio, conseguían mejorar la estabilidad postural en situaciones cercanas a los límites del equilibrio…
Las conclusiones:
“Practicar Tai Chi parece reducir los problemas de equilibrio en pacientes con enfermedad de Parkinson entre leve y moderada, con beneficios adicionales en la capacidad funcional y reducción de las caídas”
“Tai chi training appears to reduce balance impairments in patients with mild-to-moderate Parkinson’s disease, with additional benefits of improved functional capacity and reduced falls “
Supongo que resultó reconfortante comprobar que el programa con “rítmicos cambios de peso, pasos simétricos y movimientos controlados cercanos a los límites del equilibrio” había funcionado. (vaya susto si las mediciones hubieran dicho otra cosa…)
Los grupos de control:
Entrenamiento de fuerza: “El protocolo, desarrollado a partir de literatura sobre el tema, se centraba en fortalecer la musculatura relevante para la postura, el equilibrio y el paso”
“The protocol, developed from the exercise literature, focused on strengthening the muscles that are important for posture, balance, and gait”
Ejercicios para fortalecer musculatura (diseñados en base a literatura, no por expertos en la materia), sin intentar mejorar la movilidad. El detalle es que el Parkinson es un problema neurológico. Lo que hay que mejorar es el movimiento – la fuerza es necesaria, pero secundaria.
Como grupo de control no está mal elegido, pero parece redundante haber incluido un segundo grupo de control.
Estiramientos: “Este grupo de control se diseñó para proporcionar ejercicio de baja intensidad, con la diversión e interacción social presentes en los otros dos grupos, pero sin beneficios en capacidad de carga de las piernas, fuerza o equilibrio”.
“This control condition was designed to provide a low-intensity exercise program with the social interaction and enjoyment inherent in the two other interventions but without similar training benefits in lower-extremity weight bearing, strength, or balance”
Vale, que les hubiera dado igual jugar al mus. De nuevo, es una buena elección como grupo de control, aunque me sigue pareciendo redundante tener dos grupos de control.
Los métodos de trabajo del estudio, elección de participantes, asignación a los grupos, métodos de medición… se adecuan a grades rasgos a los criterios generales de todo estudio científico. Pero la definición del estudio y la valoración de los resultados es, cuando menos, cuestionable:
Según lo que definieron como objetivo del estudio, cualquier actividad enfocada a mejorar la movilidad y la estabilidad postural de los participantes podría haber arrojado unos resultados similares: un buen programa de bailes de salón, diseñado y dirigido por personal realmente cualificado; o uno basado en la gimnasia rítmica, diseñado también por personal cualificado, adaptándolo a las capacidades y necesidades de los participantes.
Si la intención es demostrar que el Tai Chi, por el simple hecho de llamarse Tai Chi, resultaría más efectivo que cualquier otra alternativa, entonces habría que medirlo contra otras alternativas eficaces, en igualdad de condiciones.
Pero no se hizo eso. Se compararon resultados contra dos grupos de control y ahora la noticia es que (Un nuevo estudio realizado con 195 pacientes con Parkinson muestra que la práctica regular de taichi permite mejorar la estabilidad y otros problemas comunes asociados a la enfermedad)… pues no termina de ser mentira, pero es un comentario sesgado, que puede crear expectativas y posteriores desilusiones, sobre todo teniendo en cuenta la frecuente falta de calidad en la enseñanza del Tai Chi en este nuestro país.
Señores, seamos serios. Tenemos entre manos, además de un arte marcial, un extraordinario sistema de entrenamiento motriz, basado en realidades biomecánicas, para las que sólo ahora empezamos a tener un vocabulario, más o menos, preciso. Deberíamos intentar preservarlo y mejorarlo, no ocultarlo tras nubes de incienso, ni tras cortinas pseudo-científicas, que lo único que consiguen hacer es que perdamos credibilidad – además de confundir al personal.