
Es muy habitual oír en círculos del taichí contemporáneo “baja más la postura” y se valora que el paso sea muy amplio y la postura muy baja por encima de otros factores más importantes para desarrollar una buena comprensión del Tai chi chuan. Es difícil saber de dónde viene esta idea pero posiblemente venga de que las muestras que vemos de los maestros chinos suelen ser con posturas tremendamente extendidas en las demostraciones y competiciones se quiere mostrar lo más vistoso de la práctica. Pero bajar por bajar no es la clave de una buena práctica. De hecho, pasada una cierta separación de los pies y una altura no permite a la articulación de la cadera tener una postura estable y para personas no preparadas adecuadamente (como la mayoría del mundo occidental) es lesivo a nivel articular.
Ser capaz de ejecutar las formas rozando el suelo tiene la función de preparar físicamente al practicante. Si eres capaz de mantenerte a esa altura, tendrás unas piernas fuertes que serán capaces de realizar y soportar barridos así como emitir fuerza con mucha más eficiencia. Pero más importante que eso es estar en una estructura relajada en la cadera que permita realizar su recorrido sin tensión y una cintura con movilidad que permita neutralizar y emitir energía. Para bajar hay que ganarse el derecho a ello y no debe ser a costa de la técnica. Además a nivel práctico, al realizar ejercicios de sparring en pareja a pie móvil, un paso demasiado abierto resta movilidad.
Tradicionalmente se dice que hay que entrenar a tres alturas y cada una de ellas tiene sus objetivos concretos. Pasar directamente a una altura baja sin haber adquirido las habilidades previas necesarias implica necesariamente acumular una serie de errores que harán pagar un peaje a las articulaciones, evitará que la técnica sea correcta y no se tendrán los beneficios en salud que el taichí nos promete.
Esto no significa que el practicante se agarre a esto y no trate de superar sus límites, sino que se deben dar los tiempos necesarios para “ganarse el derecho” a bajar y además saber cuáles son los límites en función de sus capacidades técnicas.
Por tanto, ser capaz de de bajar correctamente demuestra técnica, pero no todas las habilidades de Tachí (ni siquiera las más importantes) se demuestran en posturas bajas.