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Instituto Movimiento y Salud

Adelgazar con chikung – qigong

23 agosto, 2017

Ha terminado el verano y los cambios de rutina, las visitas al chiringuito, las tardes en la terracita y las horas de tumbona nos pasan la factura. Ahora llega la hora de pagar el peaje y nos inundan anuncios de productos depurativos, ofertas de gimnasios, dietas milagrosas,… Pero ese camino ya lo hemos recorrido muchas veces y sabemos dónde nos lleva. Está claro que sólo existe un método fiable y duradero para poder estar en un peso saludable y encontrarnos genial: tener unos hábitos de vida adecuados. El problema es que esto es una carrera de fondo, no un sprint que hacemos cuando la culpa o el cinturón nos llaman la atención.

El chikung puede ser una gran ayuda en este proceso y a continuación te vamos a enseñar como lo hace:

Hay tres elementos que determinan el peso y por lo tanto debemos gestionar adecuadamente para mantenerlo en unos niveles saludables: lo que se ingiere, como lo gestiona el cuerpo y lo que se gasta. Nosotros realmente tenemos capacidad para poder influir sobre los tres.

Sobre la ingesta

Sin entrar demasiado en estos temas, está de sobra demostrado que una dieta variada con alimentos frescos, en cinco tomas y en cantidades adecuadas nos ayudará a mantener el peso. Es muy importante crear hábitos saludables en nuestra alimentación sin que nos haga dejar de disfrutar de la comida. Tenemos que aportar al cuerpo todo lo que necesita para funcionar pero tenemos que identificar cuando tenemos hambre física y cuando emocional.

El hambre física aparece gradualmente, se puede controlar y posponer la ingesta, la satisfaces con cualquier comida y al estar satisfecho, dejas de comer sintiéndote cómodo y sobre todo sin culpa.

El hambre emocional aparece repentinamente, provoca antojos específicos como la pizza, chocolate o helado, exige ser satisfecha inmediatamente y se come en mayor cantidad de lo que normalmente harías, acabando en muchas ocasiones con un sentimiento de culpa.

El hambre emocional está asociada como su nombre indica a emociones que nos invaden que tratamos de controlar mediante el uso inadecuado de la comida. El chikung ha demostrado en numerosos estudios su control sobre el estrés, la mejora de estados emocionales adversos como la ansiedad y la depresión gracias a su trabajo sobre la respiración y al control sobre los pensamientos que se desarrolla con su práctica. Si atajamos los problemas emocionales antes de que surjan o si desarrollamos herramientas que nos ayuden a lidiar con ellos cuando aparezcan será menos probable que nos dejemos llevar por el hambre emocional, lo que reducirá el consumo de calorías y el uso de alimentos inadecuados.

Como gestiona el cuerpo los alimentos

El Chikung nos ayuda a que el cuerpo encuentre su equilibrio. Muchos estudios demuestran que a través del chikung se mejoran las digestiones y tiene un gran poder regulador del metabolismo. Desde la medicina tradicional china tenemos ejercicios específicos que trabajan los sistemas encargados del proceso de alimentos, la gestión de los líquidos en el cuerpo, etc. Un sistema eficiente sin restricciones ni bloqueos energéticos hará que sea más probable que el cuerpo se quede sólo con lo que necesita y elimine el resto.

Sobre el gasto calórico

Al final para que salgan las cuentas, no podemos ingresar más de lo que gastamos. Eso está muy bien para nuestra cuenta en el banco, pero no para las calorías que ingiramos. El Chikung es una actividad física suave adaptada a las capacidades de todo el mundo. Su simple práctica es equivalente a salir a pasear pero es muy fácilmente adaptable al objetivo del gasto calórico elevando el número de repeticiones o aumentando la exigencia física de los ejercicios bajando más las posturas.

Así que mediante la práctica continuada de chikung tendremos más control sobre nuestras ingestas, aprovecharemos mejor lo que comamos y nos servirá de actividad física indispensable para encontrarnos ágiles y en forma. La clave está en ser capaz de llevar un estilo de vida saludable en vez de estar constantemente dejándonos y tratando de compensarlo.