
En la mano vacía empezamos con el paso para establecer las bases que nos permitan desarrollar la conexión. Sin un paso correcto no podemos enseñar al cuerpo a que sea capaz de recibir fuerzas. Una vez que se aprende a mover el cuerpo con estructura a través de las piernas, cadera y cintura, pasamos a aprender las múltiples posibilidades en las que esto puede suceder a través del aprendizaje de las formas. Entendidos estos conceptos, aprenderemos a aplicarlos interactuando con otra persona. Para ello, el currículum sigue avanzando con los diferentes ejercicios como los 8 métodos de disco, en los que aprendemos las bases de la conexión, cuatro manos, donde estudiamos las 4 energías cuadradas y como cambiar el ciclo y movernos en el espacio con esas energías y finalmente como llevar eso hacia las diagonales con el dalú. Si hemos entendido este proceso, deberíamos ser capaces de tomar la energía que venga de diferentes puntos, con distintas intensidades y motivaciones y volverla a llevar al proceso de adherencia. Por tanto, el nivel superior en cuanto al currículum técnico, sería la forma de 88 de ataque y defensa en la que se aplican todos los conceptos explicados anteriormente.
El siguiente paso lógico sería extender este proceso de conexión a lo largo de un arma. Los practicantes normalmente pasan de la mano vacía a la espada, saltándose el sable y esto es equivalente a aprender matemáticas (los fundamentos – mano vacía) y pasar a hacer física aplicada (espada) sin haber aprendido antes álgebra. Aprender a conectar a través de la espada en estas circunstancias implica realmente aprender dos cosas a la vez: tratar de conectar a través del arma, adaptando las habilidades existentes a la nueva situación; y además tratar de aprender a manejar el arma en si misma.
El aprendizaje del sable nos permite aprender como funciona un arma en sus conceptos más básicos. Esto es debido a que en su propia naturaleza hay algo más simple: tiene un solo filo y se relaciona muy directamente con un cuchillo en su uso, de hecho su nombre en chino, dao, significa literalmente cuchillo. Por lo tanto, todo el mundo, de forma intuitiva reconoce al tener un sable en sus manos por primera vez ciertos elementos de su uso.

Características del sable
Dicen los chinos que “la espada es para la corte y el sable para la guerra” y efectivamente esto es así.
En la antigua china el sable era el arma del soldado al ser la más empleada en la guerra por la infantería ya que realmente era un arma que el soldado podía aprender rápidamente y que podía ser muy pronto efectivo si utilizaban la fuerza de los brazos. En el otro lado de la balanza, la espada era el arma de los eruditos con técnicas mucho más sutiles y elegantes y por tanto mucho mas complicadas de aprender.
La estructura del sable es simple y existen diseños diferentes ya que no puede ser igual un sable que sea utilizado para la batalla a caballo, donde se necesitará un arma estrecha y larga o para la lucha a pie, donde el sable será ancho y corto. El sable es un arma pesada más simple que una espada pero que por el contrario es mucho más cruel.
El manejo del sable exige la coordinación de todas las partes del cuerpo y en especial de la hoja con la otra mano. Normalmente, los movimientos se realizan en círculos amplios desarrollando así una mayor potencia en base a la inercia. La energía es proyectada a través de los brazos, desde los pies y gobernada por la cintura. Los brazos siguen el giro del cuerpo. El sable sigue al movimiento del brazo.
En la forma de utilizar el sable se utilizan los mismos principios que en las formas de Tai Chi de mano y sus formas van a ser la base de la estructura de la espada. Es por esta razón por la que en la escuela tradicional de la familia Yang esta arma era enseñada antes que el manejo de la espada.
El sable de la Familia Yang
El sable tradicional del taichi del estilo Yang pertenece a la tradición de las armas cortas. Procede de la forma de mano vacía del estilo Yang y sus requerimientos, método, estilo y características son básicamente las mismas que la mano vacía, teniendo incluso algunas posturas similares. Sin embargo, al tener un sable de acero en las manos, la forma resulta más poderosa y con un espíritu más elevado, dándole un estilo propio.
Los requisitos para su práctica siguen también como guía los “10 principios básicos del Tai Chi Chuan” así como las destrezas propias del arma. El ritmo de los movimientos es más rápido que la mano vacía. La intención se sitúa en coordinación de la forma de la mano, la mirada, la posición del cuerpo, los pasos y la técnica. La cadera y cintura son los determinantes en dirigir todos los movimientos. Los brazos siguen el giro del cuerpo, el sable sigue los movimientos del brazo.
Se dice que la familia Yang practicaba con dos tipos de sables, uno tradicional de hoja ancha y otro mas estilizado, parecido al usado por la caballería europea, que era usado por Yang Chengfu y que es el utilizado en la actualidad por los practicantes de Tai Chi del estilo Yang.
En las técnicas de sable se suele evitar el contacto con la hoja del sable contrario y si en alguna esto ocurre, la hoja acompañará más la hoja del sable contrario en lugar de interceptarlo.
Este sable consta de las siguientes partes:

- Pomo (Bĭngtóu)
- Puño (Bĭng)
- Lado de los dedos de la guardia (Zhĭhùshŏu)
- Lado del pulgar de la guardia (Bòhùshŏu)
- Filo de la hoja (Dāorèn)
- Lomo (Dāojí)
- Punta (Fēng)
- Filo de la punta (Fēng rèn) En ocasiones, en el lado del lomo o contrafilo.
- Lateral interno proximal (Jìn lĭ yāo dāo)
- Lateral interno distal (Yuăn lĭ yāo dāo)
- Lateral externo proximal (Wài yāo dāo)
- Lateral externo distal (Yuăn wài yāo dāo)
- Canal de la sangre (Xuècáo)
Otras partes del sable son la vaina (dāoqiào) y los pañuelos (dāoqí). Aunque ambos tienen funciones prácticas, estéticas y marciales, como bloqueos con la funda o limpiar la sangre que gotea con los pañuelos para evitar que el agarre resbale, ninguna es esencial para la práctica del sable.
Taijidao Estilo Yang (Sable de los Trece Poderes)
El sable en Wushu describe más de 30 técnicas diferentes aunque muchas son pequeñas variaciones de otras. Si observamos la naturaleza del arma, para lo que está diseñada a hacer y lo que cualquier persona no experta haría si le ponen un sable en la mano sería partir, como un hacha, rebanar como un cuchillo y pinchar como un punzón.
En el Taiji Dao o Sable de Taiji no se contempla el uso del sable como en otras ramas del Wushu sino que toma la estructura en “13 Poderes” típica del Taijiquan. Al igual que en la mano vacía donde “los 13” se dividen en una estructura de 8 energías (4 cuadradas + 4 diagonales) + 5 fases o tendencias, el sable puede organizarse de una manera similar.
Las 8 primeras hacen referencia a técnicas específicas y se pueden diferenciar al igual que en mano vacía en dos grupos. En este caso la diferencia estará determinada por la distancia, en vez de por la orientación hacia la fuerza como se hacía en el puño. Las cuatro primeras: partir, estocar, tajar y cortar se realizan a una distancia que podríamos denominar como la natural del sable para atacar el cuerpo desde una distancia lo más segura posible. Las cuatro siguientes: Podar, interceptar, afeitar y raspar varían el rango, siendo más alejado las dos primeras y en la distancia del cuerpo a cuerpo las dos últimas.
Las fases o tendencias explican el proceso de una interacción con el sable. Evidentemente el proceso no tiene porque mostrarse con un ciclo completo en un combate, se puede hacer una técnica y ser definitiva (elevar y deslizar hacia abajo), pero en el momento en el que el oponente defiende (elevar y deslizar hacia abajo) y se produce un bloqueo entre las hojas (obstruir), el ciclo sólo puede continuar haciendo que el otro pierda la estructura mediante incitar desde donde se puede capturar y realizar la técnica definitiva.